Energía Solar para el entorno minero e industrial del Perú

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Contamos con suficiente energía solar para el entorno minero e industrial del Perú, puesto que poseemos uno de los más altos índices de radiación solar del mundo que llega a 7.5 kWh/m2-día en el sur del país, comparado con los ratios de 3.5 kWh/m2-dia que ostentan países europeos como Alemania donde más se ha desarrollado esta tecnología.  Sin embargo, la participación de la energía solar en el matriz eléctrica peruana, apenas llegó al 0.5% de la demanda eléctrica nacional en el 2016, cifra baja considerando la enorme radiación que poseemos.

Actualmente tenemos 96 MW en operación en 5 proyectos solares en el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) en el sur del país con factores de planta del orden del 25% al 30%, que son de los más altos a nivel mundial, considerando que el promedio en otros países es de 15% a 17%.   En el primer trimestre del 2018 ingresarán a operar en el país 184.5 MW adicionales con los proyectos Rubí e Intipampa de Enel Green Power y Engie respectivamente, de este modo la participación solar en el SEIN alcanzará el 1.4%.

La energía solar junto con la energía eólica son Energías Renovables No Convencionales o RER, y vienen contribuyendo a la confiabilidad del SEIN porque permiten un mejor manejo comunitario del despacho de energía, y porque la “punta” de la demanda del sistema ya no ocurre sólo en horas de la noche como antaño, sino que está repartida desde las 11:00 a las 21:00 horas.  Precisamente desde el año 2014 cada vez son más los meses del año en que la máxima demanda real del SEIN ocurre en horas del día donde justamente operan las centrales solares.

Este hecho trae nuevamente a discusión el tema de que las centrales solares y eólicas deben de contar con potencia firme que les permita firmar directamente contratos con clientes eléctricos (libres y regulados) en el país sin necesidad de ser cargadas estas inversiones a la tarifa eléctrica que pagamos todos los usuarios. Esta situación se sustenta, en que las RER ofrecen una potencia garantizada al SEIN equivalente a su potencia media anual, que para el caso de las solares es del orden del 29% y para las eólicas del 50% de su capacidad.

En la cuarta subasta RER llevada a cabo por Osinergmin a inicios del 2016, las RER han demostrado ser las tecnologías más económicas para generación de electricidad en la actualidad con precios de 48 US$/MWh para la tecnología solar y 38 US$/MWh para la tecnología eólica, tan solo en energía sin considerar potencia; esto a diferencia de las subastas de grandes hidroeléctricas conducidas por Pro-inversión que obtuvieron precios monómicos (energía y potencia) de 69 y 63 US$/MWh para las centrales de Cerro del Aguila y Chaglla respectivamente, cuyos ingresos garantizados pagamos también todos los peruanos en la tarifa eléctrica.

Precisamente si analizamos las tarifas eléctricas a nivel de usuario final en el sector residencial, observamos que pagamos 14.87 ctv.US$/kWh ocupando el décimo puesto de la Región. Por lo tanto, hemos ido perdiendo competitividad al poseer unas altas tarifas eléctricas que crecieron en los últimos 8 años, contrariamente a los bajos precios de las RER, que no se reflejan en la tarifa como ocurre, por ejemplo, en el norte de Chile. La razón de este incremento tarifario se debe a que estamos pagando todas las inversiones en infraestructura eléctrica realizadas en estos últimos 8 años que incluyen la sobre-oferta de generación de los proyectos hidroeléctricos convocados por Pro-Inversión, las líneas de transmisión, el gasoducto del sur, la reserva fría, el nodo energético diesel del sur, las centrales RER, entre otros.

Según la agencia Bloomberg, la tecnología solar aún no ha llegado a su tope de reducción y pronostica que esta tecnología seguirá reduciendo sus precios en un promedio de 3% por año por los siguientes 7 años debido a la creciente demanda de instalación de paneles solares en el mundo, siendo China, India y Europa los principales demandantes de esta tecnología.

Ahora, fuera del SEIN, es decir en las zonas rurales, donde no llegan las redes eléctricas por no ser técnica ni económicamente factible construirlas, allí la energía solar es la mejor opción para terminar de electrificar el país y llevar desarrollo. Según el Ministerio de Energía y Minas, el Perú tiene un coeficiente de electrificación nacional de 93% a diciembre del 2016 y somos penúltimos en la región luego de Bolivia.  Es decir existen cerca de 2 millones de peruanos que no cuentan con el servicio eléctrico y que forman parte del 22% de pobreza nacional y de los 9 millones de personas que utilizan leña para cocinar sus alimentos; y sumado a esto cada año mueren 200 niños en la sierra central debido al friaje por falta de condiciones básicas de calor y electricidad.

Lo aceptable para un país es contar al menos con 99.5% de coeficiente de electrificación nacional como nuestros países vecinos, y por lo tanto la meta para nosotros es acercarnos al 100% para el 2021, año del bicentenario nacional de la independencia.  Por ello, el Estado viene realizando una esforzada labor a través del sector privado en la instalación de 220,000 Sistemas Fotovoltaicos en zonas rurales No conectadas a la red para llevar energía eléctrica e incrementar el coeficiente de electrificación nacional.  Pero, la empresa privada también puede contribuir en esta noble labor, sobre todo la industria minera, en cuyo entorno se encuentran comunidades y poblaciones que requieren el servicio eléctrico para iluminación, comunicación, calefacción, refrigeración, usos productivos y cocción de alimentos que reemplacen el uso de la leña que afecta a la salud de dichas poblaciones rurales.

Precisamente en el 33avo Perumin del 18 al 22 de setiembre de 2017 en Arequipa Sami Energy expuso un programa integral de como el sector minero e industrial puede contribuir a contar con mejores relaciones con las comunidades de su entorno con programas de uso de energía solar como parte de sus programas corporativos de Responsabilidad Social.  Los resultados finales de este programa contribuyen a mejorar la educación de los niños, la renta familiar, la salud, crear bienestar y dar eficiencia productiva.

El uso incremental de la energía solar, gracias a reducción de costos de la tecnología y a los excelentes recursos energéticos con que cuenta el país, nos permitirá cumplir con la meta de reducir en 30% las emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030 que es el compromiso país en la COP21 de París, y ayudará a mitigar el cambio climático, cuyos efectos devastadores se vienen sintiendo con más frecuencia en el Perú y en el mundo.

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